Y hoy tampoco sé nada. O casi. Apenas
que no existe la certeza de acabar el día que se empieza. Que
seguramente es mejor no pensar en ello demasiado. Solo el instante
preciso que te permita saberlo, tenerlo presente, actuar en
consecuencia. Pero no durante uno o dos minutos después de la toma
de conciencia. Todo el tiempo. Para que el último suspiro no te
encuentre desprevenido. Para tener la convicción de haber vivido
justo en el recodo del camino en que vayas a dejar de hacerlo. Para
que alguien pueda acariciar tu recuerdo, pellizcarlo, abrazarlo como
si aún estuvieras ahí.
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jueves, 25 de julio de 2013
No sé nada
viernes, 14 de junio de 2013
Solidaridades
De un tiempo a esta parte no hago más
que solidarizarme. Con esto, con lo otro, con lo de más allá. Firmo
peticiones, tuiteo y retuiteo a demanda, reparto palmaditas en el
hombro y reciclo palabras de ánimo. Ya casi ni filtro. Causas
nobles, menos nobles, discutibles. Por magnanimidad, que no quede.
Que se vea que tengo un corazón de oro y una conciencia que no me
cabe en el cráneo. Para que no se dijera, me he solidarizado hasta
con insolidarios de libro, esos que no movieron un músculo por echar
una mano cuando cualquier prójimo lo necesitó y que descubren
—¡Bien tarde!— que la bota que lamían es la misma que los chuta
a la grada sin agradecerles los servicios prestados. A veces, en el
sexto sótano del insomnio, donde es imposible distinguir lo que
pienso de lo que creo que pienso, me pregunto si no me moverá algún
recóndito espíritu de venganza al regalar esos pésames que no me
pesan. Antes de obtener la respuesta, duermo como un bendito, seguro
de que al despertar lo habré olvidado todo. Y suele ser así.
lunes, 1 de abril de 2013
Adiós, sueño islandés
Qué bajón. Islandia ya no
sirve como espejo al que mirarse. De revolución, nada. Un
efímero ensueño. Aunque, caray, hay que ver cómo
se aferraban a él algunos, cómo se subían cuatro
centímetros por encima del suelo para callar la boca de los
cenizos que barruntábamos que sonaba demasiado bonito para ser
verdad. Y no era solo cosa de intuición pesimista, sino que
leías cosas aquí o allá y no salían las
cuentas. Pero cualquiera se atrevía a discutir. Como tantas
veces, entregabas la perra gorda sonriendo y agradecido por no
haberte llevado una somanta dialéctica.
¿Algún aprendizaje?
Sospecho que no. Esas verdades esféricas que mentaba en el apunte anterior seguirán ahí, hinchándose hasta
hacer ploff y ser sustituidas por la siguiente, puesta en circulación
por exactamente los mismos pergeñadores de la martingala difunta.
Descanse en paz la quimera islandesa. (Recomiendo vivamente la lectura del enlace)
[Imagen tomada del portal Enpositivo]
Etiquetas:
Flexiones y reflexiones,
Microapuntes
domingo, 17 de marzo de 2013
Barcina sigue
Otra para la colección de profecías
fallidas. Barruntaba este servidor hace poco más de un mes que a Yolanda Barcina se le acababa la baraka. Pues no: 76 votos de
diferencia certifican que la imaginaria flor de su retaguardia no se
ha marchitado del todo. Para pasmo y/o desazón de propios y
extraños, la doña le ha comido la merienda a Catalán en el congreso a todo o nada de UPN y se dispone a seguir su huida hacia
adelante. ¿Se atreve alguien a vaticinar qué ocurrirá en los
próximos días? Yo me declaro definitivamente incompetente. Llego
justito a teorizar que el próximo movimiento toca en la otra acera,
pero incluso ahí puedo estar equivocado.
Aprovecho el viaje para contar que el
próximo jueves, 21 de marzo, haremos una edición especial de Gabon
sobre la encrucijada foral desde la sede de Diario de Noticias de Navarra. ¡Nos escuchamos!
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