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domingo, 24 de marzo de 2013

Equiparar


Antonio Basagoiti lee nombres de víctimas de ETA en el parlamento de Gasteiz. Se supone que no hay ausencias, aunque ABC, siempre al quite, encabeza la lista de su portada chillona con Begoña Urroz, que no mencionó —¿por qué?— el presidente del PP vasco. Ilustrativo, empeñarse en buscar una controversia donde no la hay: está suficientemente documentado que la inclusión es un intento de manipular la realidad a beneficio de parte. Como si alguien necesitara que la relación la encabezara un bebé. Luego, claro, hablan de principios éticos.

Más que el de Begoña, salta a la vista el tercer nombre de la portada, segundo de la lectura de Basagoiti: Melitón Manzanas, un torturador desalmado sin matices. Nos escupen a la cara una y otra vez que no hay que equiparar a las víctimas, pero luego no hay el menor empacho en poner en el mismo saco al sádico Manzanas y, por citar solo a uno de los cientos de inocentes asesinados por ETA, a Isaías Carrasco. Estos días no dejo de pronunciar una palabra: impostura.

domingo, 10 de marzo de 2013

No le duele la espalda ni nada

Esta debe de ser la España de Campofrío. O peor, la única España que ahora mismo cabe esperar e imaginarse. Y es más cosas, ninguna de ellas —estoy seguro— buscada intencionadamente por el portadista de ABC y por quien tuvo la idea de decirle que adelante con los faroles, que esa foto y ese entrecomillado patético iban a marcar un hito del periodismo.

Enumeremos. De entrada, es un autogol; una caricatura a mala uva de El Jueves no alcanzaría la carga de profundidad que contiene este bodegón humano ni provocaría esa mezcla de pena y ganas de descogorciarse de la risa. Es también, aunque Bieito Rubido & Co no aparezcan en la imagen, el retrato de la cortesana plana mayor del vetusto diario. En la misma derivada, es igualmente la radiografía neuronal de los lectores a los que se dirige, esos que al mirar solo verán una postal entrañable, la enésima muestra de campechanía juancarlesca. Y para resumir, es la demostración de que nos rige un calendario parado hace decenios... o siglos.

Eso sí, agradezco a los pergeñadores del esperpento que me hayan dado la excusa para empezar a dar cuenta en este blog de algunos de los asuntos que me ocupaban en Diestralandia, territorio ahora mismo en estado de hibernación.

sábado, 12 de febrero de 2011

Bono y Obiang, tanto en común...

Los dictadores pasan por otra ventanilla. Da lo mismo si hay continuidad (menuda chorrada, por cierto, Herr Rubalcaba) o si ni hartos de grifa van a arrepentirse, condenar o siquiera lamentar los crímenes cometidos con sus propias manos, que en el caso del guineano Teodoro Obiang Nguema Mbasogo son bastante más que los novecientos de ETA. Pelillos a la mar, si al fin y al cabo, "es muchísimo más lo que nos une que lo que nos separa", según confesión del demócrata José Bono. Lo sospechábamos.

Muy ilustrativa, la excursión bajo pabellón del parlamento español. PNV, IU, y ERC han tenido la decencia de descolgarse. El PP ha mandado a su denunciador de tiranos -menudo rostro- Gustavo de Arístegui, y CiU está representada por Durán i Lleida, que siempre tiene una vela para Dios y otra para el diablo... o la misma, con una mecha por cada lado. El rey de España, que anda con un problema de pelotas, según el cotilla de lo rosa Peñafiel, no ha podido ir en persona, pero le ha dado un mensaje al palafranero Bono para que se lo entregue en mano al sátrapa. Aquí nadie disimula.

sábado, 8 de enero de 2011

Gabon... eta eskerrik asko

A pesar de todo, sigo sin creer en la medición de audiencias de la radio. Las he estudiado demasiado a fondo como para dejarme cegar por su matemática parda basada en la memoria de un par de cientos de encuestados. ¿Quién recuerda lo que estuvo escuchando el miércoles entre las once y las doce de la mañana? Admito, y no llego mucho más lejos, que recogen tendencias... aunque con retrasos que dejan en broma a los del viejo tren de La Robla. ¿Quita todo esto valor a los impresionantes resultados de Onda Vasca? Todo lo contrario, los multiplica hasta transformarlos en algo cercano a un milagro, puesto que esos números son técnicamente imposibles de obtener con la metodología y las herramientas de medición empleadas. De hecho, no hay precedentes ni remotamente similares.

Y hay un aspecto que convierte esos datos en directamente espectaculares: aunque lo parezca, no estamos comparando magnitudes idénticas. Por paradójico que resulte, no es lo mismo el oyente de una emisora que tiene cobertura completa (en algunos lugares, hasta con tres frecuencias) que el oyente de una estación que cuenta con un número de postes muy limitado. No hablemos ya de la calidad de la recepción... ni de los medios disponibles. No es ni medio lógico que un Dos Caballos ponga en aprietos al Ferrari de Alonso.

Me extenderé algún siglo de estos en más detalles sobre el conteo de orejas. En realidad, este apunte sólo pretende ser un enorme Eskerrik Asko por lo que llevamos compartido desde el 13 de septiembre de 2010, cuando Gabon echó a andar en Onda Vasca. Escribí entonces que no había nacido nada más -pero tampoco nada menos- que un programa de radio en el que la última palabra era la de los oyentes. Añadí que la puerta estaba abierta para entrar y para salir sin que nadie pidiera cuentas. Eso sigue vigente.

Una última precisión, que ya he hecho por ahí en varias ocasiones: Gabon no es "el programa de Javier Vizcaíno". Pertenece a todos sus oyentes, a quienes me lanzaron el reto de ponerlo en el aire y me dieron todas las facilidades, a las compañeras y los compañeros de la emisora y del Grupo Noticias y a todas las voces sin exclusiones que nos prestan su opinión de lunes a viernes entre las diez y las once y media de la noche. Dejadme subrayar tres nombres propios: los de Felipe Retamal, Imanol Carvallo y Zuberoa García, que cada día se dejan hasta el último aliento para que todo esté en su sitio.

jueves, 9 de diciembre de 2010

El destino de Cristina E.

Hay historias letalmente previsibles. Basta leer la primera línea o ver la escena inicial para tener la absoluta certeza de cómo acabarán. La única incógnita es el tiempo que tarda en llegar el ineludible desenlace. A veces, sólo unas horas. En ocasiones, décadas. Y cuando se cumple el destino, los espectadores se preguntan si estuvo en su mano cambiar el curso de los acontecimientos. La respuesta suele ser que no. Sólo queda la rabia, que generalmente se empieza a disolver al pasar de página. A los más próximos les aguarda el dolor y el vacío.

El lunes en que fue asesinada Cristina Estébanez fue otro día morado. Ya escribí que todos lo son. También los que transcurrieron entre el minuto en que entró en su vida su verdugo y la hora en que la mató porque no quiso ser suya. Como color complementario, el amarillo que utilizó más de un cronista. Dicen que todo esto lo cambiará la educación-en-valores. Claro, cómo no.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Llámenlo equis, Mister Equis

Cuestión de gustos y de estatus. A Sánchez-Dragó, que sólo es un tarambana ególatra, le gusta presumir de haberse trajinado menores en Japón. Felipe González, que también es ególatra y además tuvo mando en plaza, prefiere usar como Viagra intelectual el recuerdo de cuando era señor de vidas y haciendas. Ené, qué risas hisimos aquel día que pudimos volar a la cúpula de ETA. Y no te digo nada cuando al ciudadano Segundo Marey lo detuvieron, sí con ese verbo y, olé tus patillas canas, en tercera persona del plural.

Estoy acostumbrado a echarme a los ojos casi cualquier basura. No he podido, sin embargo, con este vertido fétido. Apenas el titular y cuatro párrafos me han dejado listo para el vómito. Recuerdo haber admirado al mamporrero de jornada Juan José Millás, que firma lo que debería tener valor probatorio de confesión. "Felipe González habla cargado de razón al modo en que las pistolas hablan cargadas de balas", empieza el reptil relato. ¿Razón? Sí, aquella famosa "de Estado", que sirvió para justificar el desmesurado gasto en cal viva.

domingo, 26 de septiembre de 2010

César Cabo, una celebridad


Cuando César Cabo aparecía en la pantalla a mediados del verano portavoceando a los controladores aéreos, siempre me entraba la duda de si estaba viendo las noticias o una teleserie. Hay que reconocer la gran jugada de uno de los colectivos más odiados a este lado del Volga al elegirlo para dar la cara -de ángel en este caso- por ellos. Esa caída de ojos y ese porte justificaba cobrar una millonada y pasarse la vida amargando los vuelos de todo quisque. Aposté contra mi mismo que no tardaríamos en encontrarnos al querubín en otros quehaceres. Necesitados siempre de ampliar el parque de celebridades cañís, ese por el que pacen profesores Neira y demás, una planta como la de Cabo, unida a su labia, era un seguro de éxito. Facebook, donde tiene página de famoso y no de simple mortal,  ya había dictado su veredicto, y él se dejaba querer diciendo que no pero sí. Lo tiene todo para ser portada del Cosmopolitan. De momento -no es poco- es contraportada de El Mundo. Y que nadie lo llame intruso, que compartió aulas de periodismo con Letizia Ortiz.