jueves, 28 de marzo de 2013

A vueltas con el escrache


Era de cajón que, tal como bajan de revueltas las aguas, una columna sobre el ya archifamoso escrache se quedara corta. Más, si como parece que ha ocurrido, no me he explicado con la elocuencia debida y, de propina, hay quien está dispuesto a quedarse con el trozo que le interesa o, directamente, con un trozo que yo ni había escrito ni había pensado. Puedo hacerme responsable de mis palabras, incluso cuando van mal encaminadas, pero no de lo que ni siquiera estaba en mi intención. Por eso, estas líneas que vienen —muchas, me da la impresión— van destinadas principalmente a las personas que, habiendo discrepado incluso con vehemencia y contundencia verbal, no han perdido nunca el respeto. Son la inmensa mayoría y entre ellas hay personas que me siguen desde que llevaba pantalón corto y a las que nunca agradeceré suficientemente su confianza crítica. Esto lo extiendo a los lectores menos habituales o nuevos que han ejercido legítimamente su derecho a opinar algo diferente o, si cabe, a darme un par de collejas metafóricas. Excluyo, —y si todavía andan por aquí, les pido humildemente que se hagan a un lado— a los que han trocado su argumento por el insulto zafio y cerril apoyado en el cobarde anonimato. Buena parte de lo que nos pasa en todos los órdenes se explica, precisamente, por la proliferación de estos personajes que buscan la bronca por la bronca e, incapaces de razonar, se dedican a enmerdar. Para mi, oídme, tan nauseabundos como el peor de los desahuciadores.

Después del megapreámbulo, vamos a lo que vamos. Para empezar, una obviedad: cualquier parecido entre Cifuentes & Co y este servidor va más allá de la coincidencia para situarse en lo grotesco. Yo no venía en plan buenista meapilas a decir que pobrecitos políticos, menudos disgustos les damos. Al contrario, subrayaba que no perdía el sueño por el mal rato que pudieran pasar tipos que las gastan cien veces más gordas a mi entender que los episodios por los que estos días les está tocando lidiar. Lo que me preocupa es lo poquito que hace falta para que una protesta justa termine como el rosario de la aurora. Viviendo donde vivo, algo sé de manifestaciones pacíficas devenidas en tumulto por media docena de garrulos de la alineación inicial... o enviados con el encargo.

Igualmente, tengo reparos ante la posibilidad de que el monte sea orégano a la hora de elegir el objetivo humano de la protesta. Suele ocurrir —y esto también lo he visto en mi tierra— que como los de arriba van con guardia de corps o viven en lugares de difícil acceso, se opte por la cabaña menuda. Es decir, se la carga el concejal de a pie, el militante, el simpatizante... o el sospechoso de serlo. Como en las cazas de brujas, sí. Añádase a eso que, siendo o no correcta la elección del señalado para la murga, es altamente probable que la bronca se la coman sus familiares, sus amigos o sus vecinos. ¿Socialización del sufrimiento? Me entran escalofríos solo de pensarlo... y de recordarlo.

Y parte de esos escalofríos tienen origen en otra de la cuestiones que pretendía señalar en la columna. Estamos hablando de un tipo de actuación absolutamente reversible. Podría ocurrir (y de hecho, ha ocurrido) que desde enfrente alguien decida que vosotros o yo merecemos que nos calienten la oreja a un milímetro. Como somos partidarios, qué sé yo, del derecho a decidir, de la derogación de la doctrina Parot, del matrimonio entre personas del mismo sexo o de lo que sea, a Alcaraz, Pedraza o Ynestrillas se les podría pasar por la cabeza hacernos una visita. En principio, no nos van a pegar ni a escupir; solo vienen a hacer patente su descontento con nuestro infame proceder. ¿Nos sentiríamos intimidados? Yo sí. Claro que siempre cabe la asimetría moral: nuestra causa es justa y la suya no. (Nótese que esta parte de mi escrito en el blog de los periódicos también iba dirigida a cavernarios como los citados, que verían como ejercicio de libertad que vinieran a encimarnos y que ahora claman al cielo por lo contrario.)

Los últimos argumentos tal vez resulten accesorios, pero para mi no lo son. La cosa es que tampoco me gusta del escrache que se nos haya impuesto como una moda y siguiendo patrones del marketing más convencional. Tiene guasa la cosa: la Cocacola se pone en plan perroflauta a pedir que nos levantemos y, como contrapartida, para las protestas se adoptan los mismos métodos con los que los otros nos vendían el jarabe. Y esto ocurre, en buena medida, porque hay un puñado de tipos que se han erigido en propagandistas y valedores de algo que ni les va ni les viene, puesto que viven como Dios y jamás correrán el riesgo de ser desahuciados de ningún sitio. Como escribí hace bien poco, para estos tipos la indignación es un nicho de mercado, un público al que dirigirse para venderles su solidaridad envasada y distribuida por las mismas corporaciones capitalistas apestosas que dicen atacar. ¿A nadie le parece sospechoso que los manuales de rebeldía los editen multinacionales?

Seguiría, palabra, pero hoy no. Un placer.

14 comentarios:

  1. Un manual de rebeldía de mi adorado Saul Alinsky y es Creative Commons, colega: http://elfeniciodigital.wordpress.com/2012/09/13/tratado-para-radicales-manual-para-revolucionarios-pragmaticos-saul-alinsky/

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  2. Que no, Mikel, que no me refería a ese manual ni a otros, sino a los que se venden al módico precio de entre 17 y 20 euros. Publicados, insisto, por multinacionales. Con un Copyright gigante y la amenaza de depilar las cejas a lo vio a quien ose hacer media fotocopia.

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  3. Javier, te voy a ser sincero: sólo he leido hasta el primer punto. ¿Por qué? Pues porque creo que este 'continúa' sobraba. Todos los que QUISIMOS entender tu primer artículo, lo entendimos perfectamente. Todos los que conocemos que cuando escribes algo quieres decir mucho más de lo escrito, lo entendimos perfectamente. Otra cosa es que cuando se lee en diagonal -y máxime a ti-, se sacan las 'concluisones' que se sacan.
    Por otra parte, ¿Izagirre y Azkuna son políticos? Sí. ¿Izagirre y Azkuna meten la pata alguna vez? También. Ergo, ¿son merecedores de un escrache? Hummmm.
    Y no te preocupes, que quienes están empeñados en buscar 5 pies al gato son capaces de encontrar hasta siete.
    Un abrazo.
    Balen

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    1. Menudas preguntas difíciles dejas ahí...
      Un fuerte abrazo, Balen.

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  4. A mí siempre me han dado mucho miedo más que respeto las masas. Un escrache puede derivar en un linchamiento a nada que se les suba la adrenalina a cuatro exaltados/as, y por ello todos estos días vengo hablando en las Redes de una buena planificación. Entiendo tus precauciones sobre la reversibilidad de las acciones de este pelo pero es difícil encauzar el malestar cuando Hulk, la masa, está tan enfurecida. Estoy elaborando un doc sencillito sobre las virtudes y defectos de estas prácticas y lo pondré en mi blog entre hoy y mañana. Salud!

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  5. Javi, ést@s que ahora se quejan del escrache son quienes han "socializado el sufrimiento" y pretenden seguir haciéndolo (ahí están las enmiendas del PP a la ILP). Se quejan de que protesten ante sus casas aquell@s que dicen "¡que se jodan!" cuando es a otr@s a quienes echan de sus casas. Lo siento, pero cuando las cosas alcanzan cierto punto el defender "la ley y el orden" termina convirtiéndose en un apoyo tácito a las injusticias.
    Y como se explican infinitamente mejor que yo Isaac Rosa y Javier Gallego, aquí dejo un par de enlaces a artículos cuya lectura os recomiendo http://www.eldiario.es/zonacritica/escrache_PAH_desahucios_6_114848532.html y http://www.eldiario.es/zonacritica/Escrache_6_115548461.html

    Y no quiero acabar sin dejar claro que, aunque en éste (y algún otro post) discrepe con Vizcaíno, no sólo sigo respetando su opinión (¡faltaría más!) sino que sigo teniendo una opinión estupenda de él ;-)

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  6. Ojoplático ante esta muestra formidable de churras, merinas, culos, témporas, tocinos y velocidades.

    No se ha añadido nada a lo que se afirmaba en el anterior artículo, exceptuando quizás el genial análisis sobre los mecanismos de propaganda de los indignados. Dónde habrán quedado ya la pancarta, el dian 6 del tío Juantxu vomitando pasquines de madrugada, la voz distorsionada del megáfono, copón, qué tiempos.

    Por una parte, los desahucios son una putada, pero por otra parte no se puede ir por ahí insultando a la gente y asustando a las viejicas del vecindario,... Ojo, eh, que yo no tengo nada que ver con Cifuentes y Cia. Yo tengo conciencia social. Aunque también, me parece que es igual de condenable cualquier cosa que implique rozarle un pelo al adversario político, sea quien sea, sea cual sea el motivo, porque yo soy así de demócrata y estas cosas me hacen sentir fatal.

    Es que se empieza montando murgas, escraches, también llamadas funas o roches, actos diversos de escarnio público, y se puede acabar, quién sabe, promulgando la Ponencia Oldartzen en Vallecas. Y ESO NO QUE NO.

    Y además, os habéis dado cuenta de lo guay y cool que resulta últimamente esto de ir de revolucionario por la vida, que hasta la Cocacola se sube al carro, ¿eh? ¿No os parece sospechoso? Aunque también, on the other hand, la gente implicada en esos movimientos está cargada de razones,.. mmmmhh.....

    Javier, ya te dije ayer. Que las personas de cierta sensibilidad política, entrando en estos dilemas eternos pueden acabar haciéndose daño. Que de tanto esfuerzo se te va a reventar una vena del cerebro y la liamos.

    Alcaraz, Pedraza o Ynestrillas, que vengan.

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    1. Bravo, Liz. Solo te ha faltado afiormar que se ha demostrado que el escrache crea puestos de trabajo. Habrás leído quue se van a poner escoltas. ¡Qué bien! Como le contaba a Mikel en otro lado, para justificarlo a alguien se le tendrá que escapar alguna hostia. ¡Bravísimo! ¿Cómo era esa canción de Siniestro Total? Ah, sí: "Trabajar para el enemigo". ¡Que viva Random House Mondadori, que publica a nuestros líderes carismáticos!

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    2. "... ¿No os parece sospechoso?..."
      A mí no, en absoluto. Será porque soy conspiranoico. O, quizás, como insinuó Allen, "no es paranoia, se llama perspicacia" (circula por la red un presunto "dictado Rockefeller" que relegaría al parvulario a Orwell y a Huxley juntos)
      Un saludo,
      Balen

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  7. ¿Random House Mondadori? A mí me mola más el emporio Roures, millonario extroskista y además catalán, para qué quieres más.

    "Lo que me preocupa es lo poquito que hace falta para que una protesta justa termine como el rosario de la aurora".

    Si una "protesta justa" termina como el rosario de la aurora, algunos seguirán mirando al dedo con cara bovina a la luz de un plenilunio. La culpa será de los protestones, que funcionan con muy malas maneras.

    Si temes una explosión social de consecuencias impredecibles, evita que ocurra, no invites a que cada uno se vaya a su casa. Por qué no mojarse aprovechando la repercusión social que puede tener la firma de Javier Vizcaíno, gracias, dicho sea de paso, a las extraordinarias empresas mediáticas en las que trabaja este gran profesional.

    Hay que ser idiota para despreciar ese público potencial. Si determinados movimientos de protesta consiguen superar la marginalidad churrera perroflautil consiguendo un hueco en los platós de televisión para hablando de sus demandas entre progres profesionales y demás fauna, eso supone un triunfo, no una tración ni una renuncia.

    Pienso que forma parte de ese proceso en el cual, un discurso marginal y antisistema va conquistando el espacio del sentido común, en sentido gramsciano. Yo entiendo de esa forma esas particulares campañas de "La revolución de los precios" de Media Markt y "Si eres joven y rebelde Cocacola te comprende", donde el mercado ve que ahora ser revolucionario vende. Puede ser una moda pasajera, como puede ser un momento de oportunidad, también pasajero. Es interesante porque es un momento distinto; no la misma mierda de siempre.

    Una duda: ¿La mayoría de los miembros de la Plataforma Kontuz comparten la línea editorial del Grupo Noticias, donde les dan tanta cancha? Tengo la impresión de que no es tan distinto de la confluencia de intereses que se da entre Mediaset y gente como Ada Colau. Como me usáis, yo os uso.

    Perdón por el rollo.

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    1. Liz, no comparto casi nada de lo que has dicho, si bien hay argumentos muy interesantes y que darían mucho juego para un debate... que no sé a dónde nos llevaría.
      Lo unico que te pido es un poco de respeto. Sobran las alusiones personales, así que ahí sí que no entraré.

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  8. vizcaíno no sé por qué amonestas a liz en su mejor comentario (el último). la verdad es que te veo un poco confundido últimamente. me parece muy certero cuando dice liz que "es un momento distinto; no la misma mierda de siempre". porque a fin de cuentas la verdad es ésta: la mitad del país está en paro y la otra mitad con con pánico a perderlo. así que por mucha desconfianza que tengamos a la reacción desmedida de la turba, que pasen y destrocen el mobiliario porque la situación actual es inadmisible. pero me caes bien, eh vizcaino, por cómo escribes digo, que no te conozco de nada. salud.

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    1. Boskovita: La amonestación (si se puede llamar tal) a Liz no era por la parte filosófica del comentario sino por la bofetada gratuita que me daba.
      Anotas, con gran condescendencia, que me ves un poco confundido. Y estás en lo cierto. Estoy confundido. Es casi mi estado natural y, como lo sé, trato de no aventar verdades esféricas en mis columnas e intento también señalar posibles puntos de vista. Creo que es honesto.
      Sé que en esto y en otras cuestiones sería tremendamente fácil sumarme a la corriente mayoritaria (por lo menos, entre mis lectores habituales) y escribir a gusto del "consumidor".
      (Gracias por darme pie para otro apunte, porque si tengo medio rato, sin duda lo escribiré)

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  9. gracias por hacerme mirar "aventar" en el diccionario.
    soy el primero en valorar a las personas que discuten el discurso mayoritario. el razonamiento de tu artículo era correcto, pero todos somos conscientes de la desconexión que tiene la clase política con la realidad como para encima tener que aguantar clases de democracia del ministro incompetente de turno o de gente de doble moral como rosa díez. aunque la empatía sea una buena cualidad, defender la postura de los políticos en este asunto del escrache es hacer el trabajo sucio a marhuenda, hersch, rojo, vidal y cia. y fijo que no es tu intención

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